El expresidente Evo Morales denunció que el Gobierno de Luis Arce está impulsando su inhabilitación política y calificó al actual Ejecutivo de estar “derechizado”. Según Morales, tanto el oficialismo como sectores neoliberales e imperialistas buscan evitar que él vuelva a la presidencia de Bolivia.

Las declaraciones surgen luego de que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) admitiera una denuncia que podría anular la personería jurídica del Frente Para la Victoria (FPV), partido con el que Morales pretende postularse en las elecciones generales.
Acusaciones de persecución política
Morales sostiene que, al no poder inhabilitarlo constitucionalmente, el Gobierno intenta bloquear su candidatura eliminando el partido que lo respalda. Además, acusó al Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) de ser “cómplice” de su proscripción y de actuar en favor del oficialismo.
El exmandatario también afirmó que su derecho a postularse está respaldado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), por lo que considera que las acciones en su contra son una maniobra política para sacarlo de la contienda electoral.
Escalada de tensión en el MAS y crisis política
Las tensiones dentro del Movimiento Al Socialismo (MAS) han aumentado en las últimas semanas, con un fuerte enfrentamiento entre moralesistas y arcistas. Grupos afines a Morales han llevado a cabo bloqueos y protestas denunciando una persecución política en su contra.
La crisis política también ha derivado en enfrentamientos más graves. En noviembre pasado, seguidores del exmandatario fueron acusados de tomar como rehenes a más de 200 militares en Chapare, tras ataques a cuarteles en la región.
Mientras Morales insiste en su postulación, el Gobierno sigue firme en que no está habilitado para ser candidato. La disputa se perfila como un factor clave en el panorama electoral y en el futuro del MAS.